Una persona que me abrace, y que me
quiera, y sin que yo se lo pida. Un ‘¿Cómo estas?’ a la mañana, un ‘Te dormiste’ a la noche. Fue mucho el tiempo que estuve cerca, dando vueltas,
diciéndole que no me deje, pero que se aleje un poco más. Palabras, que entre
líneas tenían un mensaje claro, conciso: no puedo querer a nadie, no quiero
lastimarte, ándate, por más de que vuelva a buscarte.
Pero fue en el mes de enero, que me
decidí a pensar por mi. El egoísmo para verme bien a mi misma, me hizo
acercarme a vos ¿Por qué algo de mi pide que te vayas, si son mas las ganas que
tengo de que te instales acá? Seguir al corazón, y guiarme por las sonrisas que
sin querer me robabas.
Y fue una noche, que acostada en su
cama le pedí que me abrace, y que no me suelte. Y sin querer, las ganas de no
irme de ahí, no se fueron nunca más. Entendí de salvación, el día que vi que
sus ojos hablaron por si solos. Que capaz, era él quien, inconscientemente, me
iba a ayudar con todo esto (mi único héroe en este lio), y me iba a salvar. ‘Si
esto no es amor, no sé que es’ supo decir en el lugar perfecto, el momento
correcto, la situación más bizarra ¿Sabes? Si esto no es amor, yo tampoco sé
que es. El respeto y la confianza de prometer que no iba a tocarme, si yo
no quería que él lo hiciera. La seguridad de saber que me esta cuidando, todo
el tiempo, y en todos los sentidos. Un ''nunca te voy a dejar sola' que siempre necesito.
Y fue una noche, y después otra, y
otra más. Y no estaba en mis planes extrañarlo, mucho menos decírselo. Pero fue
una madrugada que hable de extrañar. Siempre fueron malos mis conceptos de
extrañar, siempre extrañaba yo sola. Hoy sé que el sentimiento es compartido,
él también me extraña.
Tengo dudas todavía, muchas. Sé que
no me equivoque, y espero no hacerlo. Y encontré lo que quizás, sin darme
cuenta buscaba. Un oído, un número de teléfono, una dirección, y un corazón. Un
lugar y una persona, a quien poder recurrir en todo momento. El hecho de saber
que no estoy sola, y que siempre estuvo ahí, sin darse cuenta. Más allá de las idas, y vueltas, la
sorpresa nos encuentra juntos. Yo, la que había jurado nunca más decir ‘te
amo’, hoy lo escupo, y se lo digo. Va en contra de mis principios, prometí
cuidar mi corazón, pero se, que nadie, va a cuidarlo mejor que él.
Son muchas las cosas que tenemos en
común. O quizá sean muy pocas. Deseo miles cosas a futuro, y ojala que el
camino que empezamos no se termine nunca. Hoy, somos él y yo. Con el tiempo,
seremos nosotros, juntos. Y quizás, mas adelante, ya no seamos nada. Me queda
la seguridad de saber que lo intentamos, y que lo que me haces sentir, es
distinto, es especial, y es perfecto, y que nadie va a hacerlo igual.
Es mucha la paciencia que tuvo
siempre conmigo. Son infinitas las gracias por tanto de todo. Que esto sea para
siempre, y que de él y yo, haya para rato.
No me importa que me odies, que no me soportes, que no me creas y tampoco que te canses de mi, sigamos o no sigamos estando juntos es bueno que sepas que lo que menos quiero en este mundo es estar separada de vos. Que no hay un lugar mas acorde para mi, que estar abrazada a vos, que no hay mayor placer que escucharte hablar y que no puede haber nada peor que tratar de retener las lagrimas, no te voy a cambiar los planes de vuelta.
A pesar de todo, te amo y te necesito como el primer día.
Vivirlo con vos, para
mí, es la gloria