Estoy esperando que suene el teléfono, sigue sin
llamar. Después me siento tan desarmada,
que dejo de sentirme por un rato, y vuelve el flash de cuando dijo “todos los días
y para siempre”… Y llueve en mi habitación, las cosas no están bien. Llueve
cuando estas y cuando no, porque yo estaba bajo tus sabanas cuando dijiste “todos
los días y para siempre” ¿Estuve fuera de lugar? ¿Dije algo que no merecías escuchar?
Te miro a los ojos, y hasta llego a pensar que te conozco. Y ese es un resumen
de mi situación, todo cayéndose en la nada. Así esta mi silencio. ¿A dónde va
esto? Pensé que te conocía, pero no.
Y creo que esta vez, va a ser como la ultima. Vos ya te
olvidaste de todo lo que paso y yo sigo pensando en que pensaste. Vivo pensando
en lo que quiero decirte, y nunca te digo nada. Solo quiero la verdad de tu
boca. Y de las cientas de cosas que te pido yo, te quiero pedir mas: de tu corazón
mas, de tu emoción mas y de tu cuerpo mas.
No quiero perder mas todo mi tiempo al lado de alguien que
no quiere entenderlo.
Da pena, no? El dejar las cosas atrás y resignarte a seguir
avanzando. Jamas resulto agradable despedirse del pasado, es algo que a menudo
nos arrastra a la nostalgia y a la sensible melancolía. Supongo que a las
personas nunca nos ayudaron o nos implantaron el chip de las normas básicas para
dejar de memorizar lo interminablemente lindo. Olvidar siempre fue en contra de
nuestros principios, y de los del corazón.
Siempre te voy a querer, todos los días y para siempre.