There's a heaven above Y O U.


.

Mi primer desayuno siempre fue el mal humor. Unas inocultables ganas de volver a la cama, y un resentimiento a la rutina. El café con leche, las tostadas con queso, los cereales, y el gato saltando porque (al fin) me levanto. Mis mañanas hablan de rutina, aveces corriendo porque llego tarde a algún lado, y a veces se extienden hasta el mediodía.  Es poco mas de una hora que no se escucha mi voz, una especie de ‘adaptación’ al mundo de los que ya se levantaron hace rato.
Y como siempre en mi vida, los cambios son brutos. Entonces, esperando a que mis primeras horas del dia sean como hace 16 años, el me abrazo. Habíamos dormido juntos, y me estaba levantando mientras lo veía. Ese día no me queje, me limite a abrir los ojos de a poco.

Y por primera vez, esa mañana, bien temprano, sonreí.