No quería someterme a un juego sin reglas, no quería desarmarte, ni perderte, ni olvidarte.
Me gustaba compartir las frases, la almohada y los besos. Y hablar por horas, inventar fotos, y aislarnos del resto. Es que nadie nunca lo va a entender, porque era nuestro mundo
Pero las etapas nos juegan en contra,
y las cosas lindas nos duelen el doble.